¡Casi demasiado impetuosa me es tu corriente, manatial de placer! y a menudo vuelves a vaciar el vaso por querer llenarlo.
Y aún debo aprender a acercarme a ti con mayor modestia: demasiado impetuoso corre aún mi corazón a tu encuentro:
-Mi corazón, sobre el que arde mi verano, el breve, caliente, melancólico, sobrebienaventurado: ¡como anhela mi corazón estival tu frescura!
¡pasó la vacilante tribulación de mi primavera! ¡pasaron los copos de nieve de mi maldad en junio! En verano me convertí todo, y en mediodía de verano,-